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Soy madre y soy psicoterapeuta. De hecho, he sido más tiempo psicoterapeuta que madre. Por eso leí el libro Thirteen reasons why. Me intrigaba su planteamiento: una adolescente se mata y deja un registro de quiénes la orillaron a tomar su decisión y cómo. Escribí la palabra “intrigada”, pero si fuera intelectualmente honesta conmigo misma y con ustedes, diría que el planteamiento me desalentaba. Estaba asustada. Como madre de dos hijas, de 12 y 16, enfrentar este libro me abrumaba. Lo dejé. Hasta los terapeutas tenemos nuestros límites…

 

Sepulté el libro, con todo y su planteamiento, un par de años. Pero como todo lo que nos asusta y saca a la luz nuestras vulnerabilidades, regresó, esta vez en la forma de una serie de Netflix que mi hija de 12 años comenzó a ver. “Todos mis amigos la ven.” “Me van a arruinar el final” (bueno, ¡pero si ya se sabe en qué termina!). Y el muy famoso: “Eres sobreprotectora”.

¿Me porté sobreprotectora? No quiero esconder a mi hija menor de la devastación que puede causar una enfermedad mental, sobre todo porque el trabajo al que dedico mi vida consiste en ayudar a la gente a luchar con sus demonios. De todos modos, el planteamiento no dejaba de atemorizarme.

 

Le hice una oferta: veríamos la serie juntas y la comentaríamos abiertamente. Rechazó mi oferta con el argumento de que se sentía “incómoda” de hablar del tema con su madre terapeuta. Le respondí que si no podía hablar de la serie, no tendría permiso para verla. Punto final.

Es decir, el punto final fue para ella. En cuanto a mí, me decidí a mirar la serie, pero esta vez como especialista en salud mental, no como madre. Mi opinión es la siguiente: Thirteen reasons why es irresponsable y perturbadora. Voy a explicarlo en un texto sin tecnicismos y punto por punto.

  • Nadie es responsable de nuestra salud mental. El planteamiento de Thirteen reasons why me inquietó. Entiendo que el autor quería ilustrar el punto de que nuestros actos repercuten en los demás y que, a veces, el efecto llega a ser grande. Los pecadillos se suman y producen un efecto acumulado que acaba por traer consecuencias terribles. Estoy de acuerdo con estas afirmaciones. Sin embargo, como especialista en salud mental, trabajo con la gente para que encuentre su fuerza y su voz. Sí, también trabajo con adolescentes. Tenemos que apropiarnos de nuestros sentimientos y darles un nombre, y lo mismo con nuestros actos. Creo que tenemos que enseñar a nuestros hijos a profundizar en ellos mismos para que descubran su resiliencia, no para que señalen a otros (como el personaje de Hannah) y los hagan responsables de sentimientos y actos que son suyos, no de los demás.
  • Thirteen reasons why es una fantasía de venganza suicida. Hannah muerta obtuvo todo lo que deseaba: simpatía, pesadumbre, culpa y, por fin, amor. Pero el cerebro adolescente no es capaz de asimilar el hecho de que Hannah está muerta, que es para siempre, que no regresará. En este momento del desarrollo adolescente, el concepto de la permanencia de la muerte no está asentado, y por eso, llevar a cabo un suicidio parece una opción verdadera.
  • Prácticamente no se tocan los problemas de salud mental ni la ayuda disponible. Depresión, ansiedad y trastorno de estrés postraumático son padecimientos reales que sufren Hannah y otros personajes de la serie; sin embargo, no se aprovecha la oportunidad de dar ejemplos de los conflictos, junto con los problemas y las opciones que hay para enfrentarlos, como hablar con un adulto de confianza que sepa escuchar y buscar ayuda especializada. En lugar de todo esto, la serie se centra en el suicidio como un acto de venganza.
  • Se representa a las niñas como impotentes. Leí un artículo excelente de Anna Silman en la New York Magazine, en el que se ocupa de Thirteen reasons why y de la cultura misógina que enfrentan nuestras hijas. En el libro, esto hubiera podido constituir un mensaje de gran fuerza, pero quedó opacado por la fantasía de venganza del suicido de Hannah. ¿Por qué no se abordó de frente el terrible comportamiento de los muchachos? ¿Por qué no se llamó la atención a la agresión sexual y a lo que puede hacerse para cambiarla? Me hubiera gustado ver en el programa más furia y menos impotencia.
  • La escena del suicidio es indignante. No estoy a favor de la censura. No soy una activista conservadora atorada en la década de los ochenta. Solo que esta escena, para decirlo llanamente, fue una lección sobre cómo culminar el acto de terminar con la vida. Fue una escena gráfica, sangrienta e innecesaria. El libro termina con una sobredosis de pastillas, pero la serie terminó con navajas. ¿Por qué? ¿Cuál fue el objetivo de cambiar el método de Hannah y representar explícitamente el suicidio?
  • Thirteen reasons why embellece el suicidio. La serie y el libro van en contra de las mejores prácticas para abordar responsablemente el suicidio. ReportingOnSuicide.org ofreció recomendaciones para guiar a los medios de comunicación sobre cómo informar sobre el suicidio. En las investigaciones se ha visto que la manera de informar sobre el suicidio tiene un impacto en la salud pública. Entre las recomendaciones de ReportingOnSuicide.org se encuentran las siguientes:

 

o               No referir el suicidio en forma sensacionalista

o               No hablar del contenido de la nota suicida, si hubiera una

o               No describir el método de suicidio

o               Informar del suicidio como de un problema de salud pública

o               No especular sobre los motivos del suicida

o               No citar ni entrevistar a policías ni a los servicios de urgencias sobre la causa del suicidio

o               Describir el suicidio en términos de “murió por suicidio” o “falleció” o “se mató” y no en términos de “cometió suicidio”

o               No embellecer el suicidio

 

                  Thirteen reasons why falta a todas estas reglas. Infringir esta guía pone en peligro a nuestros adolescentes. Idealizar el suicidio en un medio al que están tan apegados los adolescentes es peligroso e irresponsable.

Es mi aportación como psicoterapeuta, no como madre. Mi intención al ofrecer mi punto de vista no es juzgar. La decisión sobre si los padres deben permitir o no que sus hijos vean la serie es personal. Si dejan que sus hijos miren la serie, acepten este consejo: véanla con ellos. Hablen con ellos. Asegúrenles que están listos para apoyarlos, que los aman y que no deben sentirse impotentes. Y que el suicidio nunca es una opción.

 

Thirteen Reasons Why es una serie de Netflix (con clasificación TV-MA: “exclusivamente para público maduro, dirigida a adultos y, por tanto, inadecuada para que la vean menores de 17 años”). Está basada en la novela del mismo nombre, escrita por Jay Asher.

 

 

Fuente:

http://www.foxlevineandassociates.com/blog/?category=Chicago

 

1 Comment

  • Pablo
    Posted 10 agosto, 2017 2:13 pm 0Likes

    Completamente de acuerdo con el artículo, los medios de comunicación, especialmente las series y películas, se enfocan principalmente en generar un contenido con elementos espectaculares y sensacionalistas para llamar la atención y generar de esta manera más ventas e interacción, dando una importancia secundaria a la ética del material, propiciando a que se genere un impacto negativo en los espectadores que puede concluir en
    algún fatal desenlace

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