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Conforme crecen, los niños aprenden a “ser hombres”, pero algunas de estas enseñanzas “masculinas” llegan a ser francamente perjudiciales, como cuando se les dice: “los grandes no lloran” o “aguántate” o “échale ganas”. A muchos niños les enseñan a ignorar o menospreciar sus sentimientos, de modo que internalizan como debilidades la vulnerabilidad y la necesidad de ayuda. Con el tiempo, se convierten en hombres desapegados de sus emociones, que no saben detectar ni describir lo que los hace sentir mal.

 

Por estos motivos, a muchos hombres les cuesta trabajo hablar de depresión. Se sienten avergonzados de necesitar ayuda y demasiado cohibidos para pedirla. Joel Robinson, fotógrafo conceptual y promotor de la salud mental, contaba que “durante mucho tiempo, desestimé mi problema, escondía mis emociones y fingía que me encontraba bien, pero llegó un momento en que empecé a temer que hubiera ido demasiado lejos y ya no pudiera recuperarme”.

 

Iniciar la conversación es el primer paso de la salud. Para muchos hombres que han superado la depresión, el punto de inflexión se produjo cuando se acercaron a un amigo o un familiar en busca de apoyo. Por lo común, dicen que hubieran querido hacerlo antes. Vamos a ver ejemplos concretos de lo que un hombre puede hacer para iniciar una conversación sobre la salud mental.

 

Hablar con un amigo o un familiar

Si no tienes la costumbre de hablar de salud mental o de sentimientos, será difícil escoger con qué persona hablar, además de que es posible que te preocupe su reacción cuando toques el tema. Basta que recuerdes que la conversación no tiene que ser perfecta y que solo tienes que comunicar lo que no te haga sentir incómodo. Trata de ir poco a poco, así:

 

  • Últimamente me he sentido muy estresado
  • Estoy pasando por una época difícil y creo que algo anda mal
  • Tengo la impresión de que estoy deprimido. ¿Me has visto abatido recientemente?

 

Prepárate para diferentes respuestas. En particular, no te desanimes si no encuentras de inmediato el apoyo que esperabas. Pero si las cosas marchan, sigue hablando y pide ayuda más concreta, como alguna colaboración o asistencia para las faenas de rutina. A la mayoría de las personas les gusta tener la oportunidad de dar una mano a quien lo necesita. Ya devolverás el favor cuando te mejores.

 

Consultar a un profesional

La depresión es una enfermedad grave. Si no se atiende, puede hacer que tu vida sea desdichada. Si te rompes un brazo, vas al doctor. Si tienes un dolor intenso, vas al doctor. Si crees que estás deprimido, vas al doctor. Así de directo debería ser. Consultas al médico porque él sabe de depresión y porque su trabajo consiste en ayudarte. Por eso es esencial pedir su opinión.

 

Si no estás seguro de ver a doctor porque te parece que lo único que hará será extenderte una receta, tienes que saber que las medicinas no son el único tratamiento para la depresión. El doctor puede asesorarte sobre ciertos cambios de vida y opciones de tratamiento, con o sin medicinas.

 

Cuando llegues a la consulta, es posible que los primeros pasos se te dificulten. Sé honesto y da todos los detalles acerca de cómo te sientes y de los efectos que tiene en tu vida. Veamos algunos ejemplos:

 

  • No puedo dormir
  • Estoy demasiado cansado para ir al trabajo, pero no dejo de beber
  • Ya no quiero ver a mis amigos. Me enferman todos
  • El sexo dejó de interesarme y se me ha vuelto trabajoso
  • Subí (o bajé) de peso en los últimos tiempos

 

La depresión es unos de los principales factores de riesgo de suicidio. Es un padecimiento real y grave que afecta a millones de personas cada año. Nunca es fácil hablar de depresión, pero los hombres tienen que empezar a hablar de su salud mental. Hay tratamientos eficaces y no es ninguna vergüenza pedir ayuda. De hecho, pedir ayuda es el acto más inteligente y valeroso. Puede salvarte la vida.

 

 

Joshua R. Beharry. Desde que se recuperó de la depresión y de un intento de suicidio en 2010, Joshua R. Beharry se convirtió en un apasionado promotor de la salud mental. Actualmente, Joshua es coordinador de proyectos en HeadUpGuys.

 

Dr. John Ogrodniczuk. El doctor Ogrodniczuk es profesor y director del Programa de Psicoterapia en el Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Columbia Británica. Diversos organismos provinciales y nacionales canadienses han financiado sus investigaciones, que han llevado a más de 150 publicaciones científicas. John

 

 

 

 

Fuente:

https://www.nami.org/Blogs/NAMI-Blog/April-2017/Depression-is-an-Illness-Not-a-Weakness?utm_source=social&utm_medium=facebook&utm_campaign=blog

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